tu boca era la sonrisa que encajaba en mi
piedra, tus manos sabían derretir mi hielo
entremezclándome en tus caricias,
sabias saciar mi sed con tan solo mirarme,
en el verde de tus ojos hallaba la paz
que necesitaba y que nadie más me daba,
era tu sola presencia la manera más exacta
de hacer que mis ojos brillen de aquí a la
luna, a veces hasta las palabras sobraban,
bastaba con sentarme a mirarnos y sońar
juntos, a sentir a través de , a convivir
respirando un mismo aire y bajo un mismo
cielo, las gotas de lo que te sobraba y a
mí me faltaba caían despejando los pellejos
de antiguas cicatrices, tus besos sabían
desatar los limites de mi cordura
y atrapabas entre tus manos la luz que me
daba vida, no hacía falta más que un
instante para que me colgara por horas a
delinear tu rostro rozando con mis dedos
un simple monitor, suspirar era el aire de
cada día y mi corazón se había acostumbrado
a latir a tu mismo ritmo, las noches eran
una fantasía, lograba cerrar los ojos con
una sonrisa en mis labios y dormir tranquila
, como haces muchos ańos no lo hacía,
cada parte de ti era la forma en que mi
vida lograba encajar.
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